Relatos de parto:

  • Aya María

    Todo empieza con una idea. Tal vez quieras comenzar un negocio o convertir un pasatiempo en algo más. O bien, es posible que tengas un proyecto creativo para compartir con el mundo. Sea lo que sea, la manera en la que cuentes tu historia online puede marcar la diferencia.

  • Olga

    Todo empieza con una idea. Tal vez quieras comenzar un negocio o convertir un pasatiempo en algo más. O bien, es posible que tengas un proyecto creativo para compartir con el mundo. Sea lo que sea, la manera en la que cuentes tu historia online puede marcar la diferencia.

  • Katherin

    Todo empieza con una idea. Tal vez quieras comenzar un negocio o convertir un pasatiempo en algo más. O bien, es posible que tengas un proyecto creativo para compartir con el mundo. Sea lo que sea, la manera en la que cuentes tu historia online puede marcar la diferencia.

Juntas... juntas... juntas... nuestro mantra en esa tarde de septiembre, justo seis horas antes, mientras tú revolvías mi tuétano, separando las cumbres y valles de mis huesos. 

Era tranquilo y placentero, oleadas de feroz determinación haciendo cambios sísmicos en el territorio de mi cuerpo, extático. Éramos el árbol anciano, testigos de cómo todos sus hijos echaban raíces en su poder, juntos... juntos... juntos, fluyendo hacia arriba néctar, fuerza vital, dulces exhalaciones ofrecidas a los cielos.


Fragmento relato, Aya Maria 

“Sumergirnos en el misterio, en lo desconocido. La tensión y la ansiedad fluirán y menguarán. Juntos floreceremos y creceremos”.

Aya María, segunda sesión de arteterapia


Creo que estaba tan cómoda y tranquila en esa mesa de quirófano porque, al fin y al cabo, yo ya había hecho las paces con esa cesárea como forma de nacimiento y la había, incluso, deseado. Recuerdo que alguna vez, hablando con mi doula Gise y con mi psicóloga Ana, les había contado que para mí la cesárea era una forma de nacer casi análoga a la forma como Antonia había llegado a mi vientre. La posición, la luz, la temperatura, el quirófano en general, no eran tan diferentes al lugar de inicio de nuestro viaje juntas.

Fragmento del relato, Olga

“Mi familia es una cadena montañosa de tierra oscura, grandota y fértil, que recibe el agua en forma de lluvia, se nutre y la nutre al mismo tiempo…El rosa carne que somos ambas invade nuestra casa, siendo arcoíris no remplazaste ninguna tormenta, solo conjugaste la lluvia/lágrimas con el sol/alegría”.

Olga Cruz, Somos tierra y agua, segunda sesión de arteterapia.


Hace 13 años nació Sua, mi hijo mayor, el que puso en evidencia mis instintos más animales, más mamíferos, más protectores, y hasta entonces, más desconocidos para mí. Yo era muy joven aún, y tomé decisiones apresuradas que conllevaron a no poder darle todo lo que me hubiese gustado. Lo que más me pesó fue abandonar mi carrera y posponerme como mujer. Sin embargo, estoy segura de que si él no hubiera llegado a mi vida en ese momento, no habría podido experimentar esa sensación de plenitud que él me genera, ni todo su amor, ni sus enseñanzas. Nunca pensé que esta maternidad me iba a poner en pausa durante tantos años, pero tampoco me imaginaba que, al decidir retomar mis estudios, doce años después, iba a encontrar en mi hijo el apoyo más incondicional para hacerlo. Fue la misma persona por quien un día creí que estaba dejándolo todo la que me salvó de perderme en el olvido, y me liberó de la condena social de ser, por encima de todo, una madre abnegada.

Fragmento del relato, Katherin

 “Mi familia, es ese momento del día, que evoca el retorno. Es la necesidad de volver, de ocupar mi lugar seguro, mi refugio. Mi familia es el atardecer en que todos los seres se resguardan”.

Katherin Arias , segunda sesión de arteterapia.